En la actual sociedad hay
muchísimos ámbitos que necesitan de intervención, quizá sea por el constante
cambio que está sufriendo, o quizá sea porque queremos correr antes de saber
caminar. Podemos centrarnos en los principales ámbitos de intervención como son
jóvenes, infancia, drogodependencia o personas mayores; sin embargo debemos ser
conscientes de que las personas somos seres complejos, cada persona se
desarrolla de una manera distinta según la situación, por lo que quienes hemos
elegido dedicar nuestra vida a mejorar la de los demás tenemos que comprender
que no siempre los ámbitos a tratar estarán esperándonos, sino que puede
tratarse de situaciones más espinosas, que necesitan un tratamiento más
personal y especial. Con esto quiero decir que en ocasiones los problemas
sociales no están explícitos, sino que debemos observar e intervenir de un modo
mucho más personal.
Desde mi punto de vista es
imprescindible educar y enseñar los valores de la igualdad a todas las personas
desde pequeños, dejar de transmitir los valores arcaicos que nos hacen
distinguir distintos tipos de sociedad. No debería haber cabida en este planeta
para todas aquellas personas que promueven la desigualdad, el rechazo o la
violencia. Con esto quiero decir que debemos cambiar las bases de estas
sociedades, hacerlas más ricas en valores para conseguir en un futuro la
igualdad entre todas las personas. Es importante tener en cuenta todo esto a lo
que he hecho referencia para comprender cuál es mi postura ante el desarrollo
de las nuevas tecnologías y del progreso que esto conlleva. Es cierto que este
progreso y estos modernos instrumentos que componen la actual sociedad digital
en la que nos encontramos favorecen el bienestar de las personas y hacen más
cómodas nuestras vidas, así como también es cierto que en nuestro caso concreto
como futuros y futuras profesionales en Educación y Trabajo Social nos pueden
ayudar a desempeñar nuestra labor e indudablemente nos la facilitarán en muchos
casos. No obstante, considero que quizás los ciudadanos del mundo actual nos
centramos demasiado en promover el progreso de lo material, dejando a un lado
la promoción del desarrollo de los valores de las personas, valores que en las
últimas décadas han sido objeto de una fuerte degradación. Principios como el
individualismo y el consumismo, además de la impersonalidad que caracteriza a
las actuales relaciones sociales, se han extendido por la mayoría de los países
desarrollados, puesto que la globalización impulsada en gran parte por las
nuevas tecnologías ha dado lugar a una homogenización del pensamiento y de los
valores de las distintas sociedades. Estimo que los trabajadores sociales y los
educadores sociales debemos tener en cuenta tanto las ventajas como las
desventajas del progreso tecnológico y de las nuevas tecnologías, y luchar
desde nuestra profesión para que a través de estos instrumentos consigamos
expandir una globalización basada en los principios de la solidaridad, la
igualdad y el respeto a los demás. Es también nuestra labor concienciar a las
personas de que si bien es cierto que estas herramientas son muy útiles para
nuestras vidas, no son imprescindibles. Además por hacer un uso excesivo de
ellas podemos perdernos esas pequeñas cosas de la vida, que van más allá de
cualquier objeto material, y que realmente son las que dan la verdadera
felicidad.
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